Fantasma – Laura Lee Bahr 

La literatura de terror siempre me ha llamado la atención porque la considero uno de los géneros más complicados de recrear por medio de las palabras. Visualmente puede llegar a ser bastante sencillo provocar miedo recurriendo a ciertos lugares comunes bien puestos en escena, pero lograr que el lector se sitúe en uno de ellos con una prosa absorbente es harto complicado. Me declaro un admirador absoluto de Edgar Allan Poe porque nadie como él ha sido capaz de crear esos ambientes literarios que acongojen al lector. Siempre recordaré la angustia con la que leía Berenice. Desde entonces busco algún libro que me consiga aterrar. «Fantasma» de Laura Lee Bahr no lo ha conseguido. Sin embargo es una novela que tiene mucho que ofrecer si la encasillamos en otros géneros. En la reseña que se hace en la página del editor en español (Orciny Press) se mencionan, además, los géneros «noir» y «bizarro». Esta novela habría que etiquetarla simplemente con esos dos términos. También mencionan «humor». Este también omitámoslo. 

«Fantasma» tiene como punto fuerte una prosa directa y dura, expresada con crudeza y sin remilgos (siempre se agradecen los textos que se alejan de lo melifluo y lo pomposo), y una inquietante trama anárquica con saltos temporales y dimensionales en los que en muy pocos momentos sería uno capaz de completar una línea de tiempo adecuadamente. Si bien estas bifurcaciones se presentan al estilo de «elige tu propia aventura» esto no termina de ser tan claro en el fluir de los capítulos consiguiendo que el lector dedique una atención extra no solo a comprender la trama sino, además, a configurarla. 

Laura Lee Bahr nos presenta una thriller original que parte de elementos habituales (muerte, bañera, oficina, secretaria, cantante, Los Ángeles, periodista – ¿cuántas novelas de género negro habremos visto configuradas sobre estos cimientos?) y con ayuda de lo que yo interpreto como un McGuffin de manual (no diré cual para no condicionar al ignoto futuro lector) nos entrelaza una historia de sexo, drogas, alcohol, pasiones desenfrenadas y suciedad, mucha suciedad, aderezada con un fantasma que crea un ambiente especial.

Si bien es cierto que las expectativas tras los primeros capítulos son altas, muy altas incluso, sin llegar a desinflarse del todo (como ocurre con otras novelas con tramas originales como en mi caso sucedió con Sorry de Zoran Drvenkar), la historia va perdiendo fuelle por momentos una vez pasada la sorpresa inicial. 

No obstante, y a pesar de los vaivenes, esta novela es un golpe (en todos los sentidos) de originalidad que se disfruta y se sufre a partes iguales.